Aprendizaje organizacional.
A finales del siglo XX el concepto de aprendizaje organizacional llamó la atención de la academia, el mundo privado y la administración pública a causa del cambio en la fórmula de producción: el componente humano pasó de ser un factor de producción más, a convertirse en “el” factor que dinamiza y diferencia una producción de otra. En la era de la información, el conocimiento, la estrategia, la promoción de talentos, el liderazgo, la motivación, el vínculo con la tecnología, son herramientas para adecuarse y prevenir los cambios en el mercado.
Desde esta perspectiva, el aprendizaje es la capacidad de agregar valor a la organización y tiene una importancia estratégica.
El aprendizaje en la organización debe encaminarse a proporcionar herramientas para que los funcionarios sean capaces de:
Para Peter M. Senge, el aprendizaje es la base para el desarrollo organizacional. Las organizaciones que aprenden son aquellas en que las personas que participan en los equipos de trabajo desarrollan de manera permanente su capacidad para crear los resultados deseados, se cultivan y socializan nuevos patrones de pensamiento, se libera la aspiración colectiva y aprenden continuamente a aprender en conjunto y a gestionar su conocimiento, a hacer y ser, y son capaces de compartirlo con sus pares y la organización.
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